Qué frena el desarrollo de la infraestructura vial en Colombia
Mientras los proyectos 4G llegan a su fin y las concesiones 5G no logran despegar, la infraestructura vial en Colombia enfrenta una crisis marcada por retrasos, falta de inversión y decisiones gubernamentales que generan incertidumbre. A esto se suman recortes presupuestarios y un ajuste de peajes que sigue en debate.
¿Qué está frenando el desarrollo vial del país?
De acuerdo con un estudio de Corficolombiana, la construcción de infraestructura en 2024 mostró un crecimiento del 12,7% en su valor agregado. Sin embargo, este dato no refleja la ralentización en proyectos clave, el ajuste de presupuestos y el congelamiento de tarifas de peajes, lo que ha generado incertidumbre tanto para inversionistas como para los ciudadanos.
Históricamente, las carreteras han sido el motor de las obras civiles en Colombia. No obstante, en lo que va del 2024, la construcción de carreteras ha disminuido un 3,1%, mientras que otras obras, como centrales eléctricas y represas, han crecido un 30,4%. Este cambio en la inversión muestra un desgaste en los proyectos viales existentes y un rezago en nuevas iniciativas.
Déficit de inversión y proyectos estancados
El Departamento Nacional de Planeación señala que en la última década, casi $8 de cada $10 invertidos en infraestructura se destinaron a carreteras. Sin embargo, la inversión en el sector ha disminuido drásticamente. En el Congreso Nacional de Infraestructura de noviembre pasado, Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, reveló que el sector pasó de invertir $100 antes de la pandemia a solo $62 en la actualidad, lo que representa una caída del 38%. Esto, a pesar de que cada punto de inversión en infraestructura genera un aumento del 1,4% en el PIB.
Entre los proyectos viales más afectados se encuentran:
- Primera ola de concesiones 5G: De siete proyectos, solo cuatro están en construcción y ninguno de la segunda ola ha iniciado actividades.
- Proyecto IP Santuario - Caño Alegre: Rechazado por la ANI, impidiendo la conexión rápida entre Bogotá y Medellín.
- Nueva Malla Vial del Valle - Accesos Cali y Palmira: Presenta solo un 19,9% de avance, muy por debajo del 30,9% esperado.
Peajes y financiamiento en la cuerda floja
El presupuesto de inversión de Invías para 2025 se reducirá un 20%, alcanzando su nivel más bajo en cinco años. Además, el manejo de peajes sigue siendo un problema crítico. En 2023, el gobierno congeló las tarifas en 119 peajes de la ANI y 31 de Invías, generando un impacto financiero negativo para las concesionarias.
Aunque en 2024 se realizaron ajustes parciales, aún falta aplicar los incrementos correspondientes a la inflación de los últimos dos años, lo que afecta la viabilidad de nuevos proyectos y puede desencadenar disputas legales entre las concesionarias y el Estado.
Las Alianzas Público-Privadas (APP) han sido fundamentales para la ejecución de infraestructura en Colombia, pero enfrentan retos estructurales. La falta de diversificación en fuentes de financiamiento y la dependencia excesiva de los peajes limitan su desarrollo. A pesar de ello, las regiones han tomado la iniciativa y entre 2023 y 2027 se espera que las entidades territoriales gestionen más de $42 billones en infraestructura, equivalente al 90% del presupuesto nacional de transporte en los últimos cuatro años.
Llamado a la acción
Para superar esta crisis en la infraestructura vial, Corficolombiana sugiere tres acciones clave:
- Reestructurar el modelo financiero: Mejorar la gestión de regalías, diversificar fuentes de financiamiento y garantizar un endeudamiento responsable.
- Fortalecer las APP: Ajustar los mecanismos de pago, como los peajes, para reflejar la realidad inflacionaria sin afectar la confianza de los inversionistas.
- Fomentar la innovación: Explorar alternativas de financiamiento distintas a los peajes, como valorizaciones urbanas y contribuciones locales.
El desarrollo vial en Colombia enfrenta una encrucijada. Sin medidas concretas y estrategias de inversión efectivas, el país corre el riesgo de perder competitividad y frenar su crecimiento económico. La infraestructura es clave para el desarrollo, y su rezago pone en jaque el futuro del transporte y la conectividad nacional.
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